VISIÓN POLÍTICA

Ningún candidato es avanzado por sus niveles de conocimiento, sino por su conducta histórica y por los intereses que representa desde el punto de vista político y ético. Hipólito Mejía tiene trayectoria democrática y transparencia  en su conducta personal y política.

          Y en este momento crucial es la opción que podría evitar el colapso del sistema democrático dominicano, amenazado por una corporación corrupta que ha centralizado y degradado a los diversos poderes del Estado.

        Ni siquiera Balaguer, en sus famosos doce años, aprobó que un dirigente del Comité Central del Partido Reformista presidiera la Junta Central Electoral ni la Suprema Corte de Justicia. En la actualidad, el PLD, lleva a sus fanáticos a controlar las denominadas nuevas cortes, aparte del dominio que ejerce sobre el Congreso, los cabildos y la Cámara de Cuentas.

          Ningún gobierno había usado y abusado tanto de los recursos del contribuyente. El déficit fiscal supera los 50 mil millones y las instituciones del Estado lucen desfalcadas. Nunca antes se había implementado una propaganda tan apabullante ni se había visto un control similar de los medios y compra masiva de periodistas.

          Pero esas inconductas se revertirían en contra del partido gobernante. El 98% de los sondeos de opinión, los datos que revelan muchas encuestas (en los últimos tres días) y las calles teñidas de blanco, constituyen un indicador de que Hipólito y Luis ganarían en primera vuelta.

          Solo falta cuidar el voto en los colegios. La junta otorgó poderes extraordinarios a Roberto Rosario (¡madre mía!) y el organismo contencioso adelantó que no habrá recuento de votos, mientras Leonel solo habla de un primer boletín, razones que han llevado a los segmentos más sensatos a unirse en torno al PRD, para salvar la democracia Dominicana.