¿Qué consumen en realidad los dominicanos? Un estudio nacional al que tuvo acceso de manera exclusiva el Z101digital, da respuesta, en parte, a esa pregunta. Y es que el informe final de ese estudio da cuentas de que una cantidad apreciable de mataderos y fábricas de productos lácteos que operan violando los controles sanitario, fiscal y ambiental.
El estudio fue realizado a principios de año por una institución público-privada y refleja la falta de controles de salubridad en que funcionan estos negocios sin que los respectivos ayuntamientos de las jurisdicciones donde laboran, digan o hagan nada para regularlos o clausurarlos.
En las imagenes que repoducimos junto a esta nota se puede apreciar las penosas condiciones en que se trabaja en estos lugares de donde salen productos que se sirven en las mesas de cientos de miles de hogares. De igual manera, es evidente que la materia prima de los mataderos y fábricas de productos lácteos (animales), no son aptos para el consumo humano.
Entre las instituciones y organismos llamados a velar por que se cumplan todos los controles necesarios para que esos productos estén en condiciones adecuadas para ser consumidos figuran: Salud Pública, Medio Ambiente, Proconsumidor, Digenor, los ayuntamientos de esas localidades, entre otros.
Se espera que el referido estudio sea revelado en los próximos días.
El salami y ahora los mataderos
Recientemente, Proconsumidor dio a conocer un estudio sobre la calidad e inocuidad de los embutidos elaborados en el país, y el resultado fue que el 97 por ciento de la muestra no contenía los niveles requeridos de proteína o carne, mientras el 15 por ciento estaba infectado con coliformes fecales o E. Coli, además de una alta concentración de nitritos y nitratos de sodio (una sustancia química cancerígena) y MDM o carne mecánicamente deshuesada.
La revelación causó gran revuelo y afectó considerablemente la industria cárnica nacional al punto que el Presidente ha salido en defensa de los embutidos, llamando a los dominicanos a consumir salami o salchichón, mientras que el Ministerio de Salud Pública le restó importancia al estudio de Proconsumidor y ordenó practicar uno nuevo, lo que Proconsumidor aceptó, pero condicionándolo a que se use el mismo protocolo que en la investigación que esa institución realizó.
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