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Vivimos una campaña perturbadora y nociva
La campaña electoral que padecemos es la prueba más fehaciente de la gravedad del mal que sufrimos como sociedad. Vivimos una campaña perturbadora y nociva, donde todo se ha vuelto una burla, donde las palabras perdieron su sentido y su fuerza, donde se hacen gárgaras con nociones como valores, cambio, solidaridad o justicia, mientras interminables caravanas, símbolos del poder y el “progreso”, exhiben promesas electorales vacías y mentiras que se venden por unos cuantos pesos, y que son recogidas por una sociedad carcomida por la miseria, por la falta de valores y relegada a mera espectadora de su propio destino.
Se fueron abajo los principios, para la mayor confusión de todos y todas.Andan mansos con cimarrones, alianzas contra toda expectativa, solo con el deseo de repartirse un botín cada vez más restringido por pillajes sucesivos.
Escribí hace once años dos artículos, uno titulado Me preocupa, y el otro Hasta cuándo, donde exponía mis temores frente a la pérdida de valores en todos los estratos de la sociedad. Me refería al hecho de que los no valores se extendían peligrosamente desde los barrios acomodados hacia los sectores medios y empobrecidos de las ciudades vía la modernización de las comunicaciones y el mimetismo. Ya entonces me preocupaba el afán por el parecer más que por el ser, así como el ir y venir de los corruptos, corruptos de ayer y futuros nuevos corruptos.
Me preocupaba la politiquería barata, el populismo, la incoherencia, el no respeto por el concepto de continuidad del Estado, cuando propugnábamos por el sentido de la responsabilidad, la convivencia democrática y la razón. Me preocupaba la imagen que ofrecíamos a la juventud en los medios de comunicación, en los que acusaciones iban y venían. Me parecía que estábamos en la antesala de una supuesta modernidad formal, pero no de una transformación real en los comportamientos mentales, políticos y ciudadanos. Bajo un manto de duplicidad, complacencia y complicidad la sociedad me parecía, ya en ese entonces, una vasta telaraña donde quedaban intrínsecamente tejidos lazos de parentesco, clientelismo, amistades y acuerdos de aposento que se anteponían a las leyes y las normas.
Todo se perfilaba ya.Hoy en día, indignados, noqueados y sin voces estamos secuestrados por los mismos actores en papeles distintos. Hemos visto levantarse una maquinaria que nos ha vendido un Nueva Yol chiquito, un Monte Carlo, el fast food para todos, el Metro, diez millones de turistas para el futuro: visas para un sueño, mientras la realidad aterradora de la violencia y de la corrupción nos arropaba como la pandemia del cólera. Crímenes que ni se pueden ya tipificar, la violencia de los feminicidios, la violencia de la miseria: una nieta que mata su abuela por robar tres centavos, un padre y una hija que matan a una madre, la policía que tira a sangre fría en las rodillas de un joven, menores que matan a compañeros, hija que mata a su madre por darle consejos. Parte visible de una sociedad en descomposición, que bota el pus por sus heridas.
La noticia de la elección de un presidente como François Hollande, que ganó una elecciones con mensajes como: “cada nación tiene un alma”; “es la igualdad o es el sueño francés que quiero reencarnar el que ha permitido a generaciones, durante toda la República, creer en la igualdad y el progreso”, nos da fe en un porvenir un tanto opacado y da ganas de luchar para enfrentarnos al colapso moral al que nos aproximamos peligrosamente.
El sentimiento de fraude masivo que sufre la sociedad actual pone al descubierto el tema que está de fondo en toda la actual crisis: la salvaje codicia humana y la falta de ética que rige el modelo económico. Es esta ausencia de ética la que está generando el derrumbe del actual sistema. El mercado, por si solo, no puede determinar si una actividad es o no es ética.
El interes comun no siempre es compatible con el interes privado de aquellos que proporcionan los servicios y productos, quienes tienen como prioridad la “maxima ganancia posible de la manera mas eficiente”. La maximizacion de los beneficios y la optimizacion de los procesos productivos se convierte en el lema y credo de los egresados de hoy en dia. Fuera de esa logica no hay margen para pensar en terminos sociales o colectivos.
[..] “Presenciando el resurgimiento de cierto capitalismo neoliberal que subordina a la persona humana a las fuerzas ciegas del mercado” [..]
[..] Desde sus centros de poder, tal neoliberalismo a menudo impone cargas insoportables a los países menos favorecidos”. ”Por momentos se imponen a las naciones programas económicos insostenibles como condición para una asistencia adicional” [..]
[..] “Si el objetivo es globalización sin marginalización no podemos seguir tolerando un mundo en el que conviven los inmensamente ricos y los miserablemente pobres, los desposeídos privados hasta de lo esencial y la gente que derrocha impensadamente lo que otros necesitan con desesperación. Tales contrastes son una afrenta a la dignidad de la persona humana” [..]
(Juan Pablo II, en Cuba en 1998)
Bosch dijo que en política, lo importante es lo que no se ve
No es que esté totalmente de acuerdo con Talleyrand (1754-1838) a pesar de que se trate de uno de los más grandes políticos y diplomáticos de la historia francesa y mundial, cuando dijo en sus Memorias que “La palabra fue dada al hombre para disfrazar sus pensamientos”, tal vez siguiendo el escepticismo estoico de su compatriota Michel de Montaigne, quien en el siglo XVI escribía en sus Ensayos (lib. III, cap. I) que “El bien público requiere que se mienta” –aunque él se mantuviese en el ámbito del análisis filosófico y delegara a otros tal comisión-.
Pero se comprende que es un error decir todo cuanto se le asoma a uno en los laberintos del cerebro, a consecuencia de vivencias, temores y sombras inexplicables.
Juan Bosch dijo más de una vez que en política, lo importante es lo que no se ve.
Ni se sabe.
No obstante, Bosch no podía evitar su honestidad, que chocaba con sus propósitos políticos, porque una campaña es una cosa y la realización es otra muy distinta. Los sueños y propósitos de un mandatario bienintencionado han de manejarse, de dosificarse, como drogas que en dosis prudentes, sanan, y en dosis mayores, matan.
¿Qué es moral? ¿El precepto del filósofo inglés Jeremy Bentham en el siglo XVIII, cuando formula como primera ley de la ética el llamado Principio de Interés y dice que moralidad es aquello que brinda placer al mayor número de personas y establece que “la naturaleza ha colocado al hombre bajo el gobierno de dos maestros soberanos: el dolor y el placer”? De aquí sale el Principio de Utilidad o Utilitarismo, el utilitarismo filosófico de un John Stuart Mill, ese que Bergson, llevado por el optimismo, ha dicho que requiere muchos siglos de cultura para forjar.
El Principio de Utilidad es bueno y noble, si uno lleva la idea al territorio de la justicia social y la equidad posible. Tal vez, si se tiene una idea positiva, amplia y no dañina de lo que debe producir placer interna y externamente.
Desde fuera, desconociendo los enormes escollos que surgen en el ejercicio del poder, los ciudadanos de buena intención creemos que es posible, manejando tan cuantiosos recursos, remediar graves desigualdades, invertir con sensatez y prudencia en lo que realmente es lo más importante para la ciudadanía.
Acabar con la impunidad a cualquier altura que se encuentre, tenga o no su delincuente ejecutor kepis con ramos dorados y el pecho cargado de condecoraciones por batallas y méritos inexistentes. Trátese de amigos de infancia o de personas que gozan de la simpatía del mandatario.
Recuerdo un soneto de Shakespeare (LXVI) en el cual suplica morir para no ver el mérito nacer mendigo/ y al que nada necesita orlado de regocijantes abundancias “(to behold desert a beggar born/ and needy nothing trimm’d in jollity”).
Justicia social ¿Será siempre un sueño?
Las elecciones son formas de medir qué quiere el pueblo
La decisión ya ha sido tomada. Dudo que haya personas indecisas sobre cuál voto depositar. Al fin y al cabo, hemos concurrido a más de 20 elecciones y el pueblo siempre ha cumplido con su deber de manera respetuosa, democrática, ordenada y limpia.
En muchos de los procesos comiciales ha ocurrido algo que preocupa siempre a todos los electores, especialmente a los que actúan desde la oposición: no hay problemas hasta el momento de contar los votos, elaborar las actas y enviar los datos a la Junta Electoral de cada jurisdicción.
El que le escamotearan el triunfo a uno u otro partido, debió hacer ocurrido sólo una vez, pero no ha sido así, ha faltado el castigo legal y el castigo popular.
Como por arte de birlibirloque el pueblo vota de una manera y los tramposos fabrican unos números que no se corresponden con la realidad.
Tengo para mí que lo que ocurre es que somos muy permisivos, somos muy buenos, permitimos que nos tomen de pendejos y eso no debe ser.
Mañana es el esperado día en que el país debe decidir entre la continuidad malsana de un grupo de amigos del dinero del erario y un verdadero cambio que produzca, antes que nada, una revolución moral.
Siempre digo que lo más fácil es hacer lo que está mal. Lo más fácil es pecar, lo difícil es resistirse a las tentaciones.
A todo el mundo le gusta eso que algunos llaman vivir bien. Felizmente en casa me enseñaron con el ejemplo, que quien más tiene es aquel a quien menos le falta, que mejor vive quien practica aquella sabia enseñanza de arroparse hasta donde le alcanza la sábana.
Las elecciones son formas de medir qué quiere el pueblo, cómo quiere vivir, cuáles son sus expectativas, cómo prevé su futuro.
Es ahí donde cada candidato presenta sus ofertas a fin de que el pueblo lo conozca y lo valore.
Lo que el pueblo valora es si se le habla verdad, si lo que se le oferta es posible, si hay la experiencia de que ese candidato ha tenido puestos de decisión y los usó para su beneficio o para el bien común.
Hipólito Mejía inició su carrera hacia el poder proponiendo soluciones para los problemas que afectan al país. Ha recorrido la geografía nacional con un sólo lenguaje y una misma intención: mostrar al pueblo que la esperanza no ha muerto, que se puede vivir mejor si se trabaja organizadamente y el gobierno no roba.
Mañana el pueblo escogerá entre la corrupción, la inseguridad, el desempleo y la mentira que representa Danilo, contra el propósito claro y posible de construir un país mejor, pero para todos.
El nuevo gobierno tiene que realizar labor de saneamiento
Ya llegó la hora de no hacer más promociones a los candidatos; por consiguiente, lo mejor es pedir a todos los ciudadanos serenidad, paciencia y prepararse a visitar su mesa electoral para depositar su voto por el candidato del cual espera que sus inquietudes y deseos quedarán satisfechos en el curso de los próximos cuatro años. Ya estamos en el momento preciso de que nuestras conciencias queden tranquilas, depositando nuestro voto por aquel candidato que además de simpatizarnos esté en condiciones y deber de satisfacer los reclamos de las grandes mayorías, que aspiran a tener paz, tranquilidad, salud, educación y vivienda, y que ponga en práctica los programas de energía eléctrica, agua, fuentes de trabajo y respeto para todos. Esa debe ser la consigna del momento, sin pleitos, sin insultos y respeto a la nación; lo demás llegará con el trabajo y buena legislación acorde con nuestra realidad de país del tercer mundo. Quien pida más, no está en lo cierto. República Dominicana tiene que hacer sacrificios y el nuevo gobierno que surja de las urnas, tiene que proponerse a realizar una labor de saneamiento dentro de todas las instituciones para que, cómodamente, desaparezcan en buen porcentaje los abusos, la impunidad y los atropellos del presente.
La corrupción, el fraude, el despilfarro dejen de existir y podamos a una sola voz decir estamos conformes, ya nuestro país está en el camino del desarrollo y está resolviendo los problemas de desempleo, salud, educación y viviendas para los más necesitados, sigamos los ideales de nuestros patricios para vivir una vida sin sobresaltos ni engaños. Así veremos la luz al través del túnel del tiempo. Lo hemos logrado en el pasado a pesar de la larga espera; esa debe ser la guía, presente y del futuro. Todos juntos a rescatar a nuestra Patria. Adiós al despilfarro y a la indolencia.
Vota, de lo contrario, después no te lamentes. El voto es tu deber; ejerce tu derecho.
La abstención es castigada socialmente en nuestra cultura
El voto tiene distintos significados en los procesos electorales, algunos de estos son: 1. Voto-Favor-respuesta “clientelar”.
2. Voto-Castigo - “en contra de” es el voto por “el menos malo”.
3. Voto-“coro”-arrastre. Significa votar por el que va a ganar o por el que tenga fuerza en los grupos de pares.
4. Voto –Consciente. Este es el más débil y es el que debe promoverse desde la JCE con la difusión de propuestas, programas y debates por temas y áreas.
5. Voto en blanco - voto por ninguno. En estas elecciones el movimiento de “voto por ninguno” no ha tenido presencia pública como en otros certámenes.
Esta diversidad se muestra en los distintos estratos sociales, siendo el último el que menos presencia tiene en los estratos pobres.
La abstención es castigada socialmente en nuestra cultura. La JCE no ofrece al ciudadano la opción de abstenerse como un ejercicio ciudadano al igual que el voto, lo que se presenta en otras sociedades democráticas. La abstención tiende a ser la expresión de la inconformidad ante la falta de opciones electorales o de alternativas.
El voto favor es el voto clientelar. El clientelismo se convierte en uno de los ejes principales que permea los certámenes electorales y que se ha ido fortaleciendo porque va de la mano con la ineficiencia del Estado.
“El clientelismo se puede definir como una reciprocidad difusa: intercambio de apoyo político por favores económicos y sociales, lo cual corroe el Estado de derecho, actuando en contra del desarrollo humano. Es un ejemplo de capital social negativo para la sociedad, pero favorable para pequeños grupos e individuos que construyen organizaciones que sirven de apoyo a caudillos locales e, incluso, nacionales.
El fenómeno del clientelismo no sólo afecta a los partidos políticos, sino que está profundamente enraizado en la sociedad dominicana”. (ODH, 2008: 8)
El clientelismo como bien se define en el Informe de Desarrollo Humano del 2008 tiene un contenido de favor-débito social. El favor es parte de nuestra cultura social y no solo se presenta en la cultura política sino también en las relaciones vecinales, familiares, de compadrazgo y desde el favor se tejen redes sociales que alimentan la solidaridad, el apoyo y la cohesión social.
La ambigüedad del favor como eje que atraviesa la vida social y política de nuestra sociedad se acrecienta en los procesos electorales. Se identifica el voto en una dinámica circular con contenidos de favor en doble vía: como respuesta y como generador de favor-débito social. El voto-favor se presenta tanto para el mantenimiento de un cargo, empleo o botella, retribución al empleo o expectativa de obtención del mismo.
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) denunció este sábado que una comisión de altos oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, encabezada por el Ministro de Economía Planificación y Desarrollo entregó más de 40 mil pesos por la compra de cédulas a suplentes de delegados perredeistas en la comunidad Las Minas, de Las Matas de Farfán.La denuncia fue formulada por el delegado político del PRD ante la Junta Central Electoral (JCE), mediante una comunicación dirigida al presidente de ese organismo, Roberto Rosario Márquez, y demás miembros del pleno.
Según la denuncia, Temístocles Montás acompañado por el general Martínez Lorenzo, de la Policía Nacional; el coronel Dámaso Pina Carvajal, del Ejército Nacional, y el capitán de navío Samuel Jiménez Lorenzo, visitaron “a los compañeros del PRD, Andrés García, Maritza Otaño, Fernando Díaz y María Alcántara y les entregaron la compra de sus cédulas por la suma de RD$10, 000 por familia”.
Ramos explica que “también queremos señalar que este es un operativo que se está realizando en la provincia de San Juan de la Maguana y zonas aleñadas, y el mismo se inició a las dos de la mañana de este sábado”.
Indica que la compra de cédulas en la provincia sureña “tiene su centro de operación en la casa del mayor general Florentino y Florentino que está ubicada en la salida de las afueras de Las Matas de Farfán”.
El delegado político del PRD ante la Junta Central señala que “la renuncia la realizamos a fin de que esa institución tome todas las medidas de lugar que sean necesarias a fines de detener esta práctica antidemocrática que trata de afectar el proceso electoral”.